Olvera se protege frente a la propagación del COVID-19
El Ayuntamiento de Olvera pone en funcionamiento arcos de desinfección en los accesos a la localidad para prevenir la propagación de la pandemia del COVID-19.
El Olvera es uno de los escasos municipios de la provincia de Cádiz que ha logrado hasta el momento evitar que la propagación de la pandemia del coronavirus penetre entre sus calles. Es el municipio de la Sierra de mayor población que ha conseguido este logro, y el segundo de mayor entidad de la provincia en hacerlo, algo que acrecienta su éxito. Hace unos días, incluso, el noticiario de una de las cadenas generalistas más seguidas de España se fijaba en él para ilustrar la realidad de esos lugares que a lo largo de toda la geografía nacional han conseguido esquivar la presencia del virus.
Muchas son las medidas que desde hace semanas están siendo implementadas por parte del Ayuntamiento de Olvera para lograr hacer frente a la pandemia y los efectos que ésta pueda tener en el municipio. En gran parte éstas han estado vinculadas a la desinfección de espacios públicos, zonas de tránsito y lugares especialmente vulnerables como la residencia de mayores o el centro de salud de la localidad. Son asiduas las desinfecciones de las calles olvereñas, que de dos a tres veces a la semana son rociadas por tractoristas voluntarios, que pulverizan una mezcla de hipoclorito y agua desde los tanques de sus vehículos. Asimismo, fueron muchos los efectivos de la plantilla municipal que desde el inicio de la situación de emergencia se sumaron a las tareas diarias de fumigación. También comercios de alimentación, farmacias, estancos y otros locales abiertos durante la vigencia del estado de alarma están siendo desinfectados con financiación pública. Y la presencia de la Unidad Militar de Emergencias (UME), como en otros muchos lugares de España, se ha convertido en un fenómeno habitual, que ha conllevado, incluso, el estudio de diversos espacios y recintos municipales para la posible instalación de hospitales de campaña. El inconfundible perfil de Olvera, presidido por su conjunto monumental por excelencia, se encuentra ahora más blindado que nunca ante la pandemia.
Pero Olvera, con un elevado volumen de población, un sector industrial en efervescencia, y la existencia de importantes superficies comerciales que suelen abastecer a un gran número de localidades de la Sierra, debe extremar las precauciones. Son muchos los trabajadores de otras poblaciones que se desplazan de manera habitual a desempeñar sus labores en las distintas industrias y empresas del municipio, así como los olvereños que tienen que salir asiduamente para trabajar fuera, lo que dificulta la eficacia del confinamiento. Este hecho, sumado a la realidad de una población sesgada por una travesía y en la confluencia de varios viales hacia otras provincias, hace que la opción de aislar por completo la localidad sea prácticamente imposible. Si bien, desde hace semanas se vienen realizando controles de acceso por parte de los cuerpos de seguridad.
En este contexto, además, el Ayuntamiento ha comenzado a instalar arcos desinfectantes automatizados en las entradas a la localidad. Se trata de cuatro infraestructuras de unos 6 metros de altura aproximadamente, en las que se disponen 15 boquillas difusoras, y que a través de motobombas automatizadas mediante sensores de movimiento esparcen una cantidad controlada de hipoclorito sódico y agua sobre los vehículos que acceden al núcleo urbano olvereño. Estas estructuras se localizan en la entrada por la A-363 desde Pruna, las Avenidas Julián Besteiro y Manuel de Falla, o calle Bellavista.
Esta medida se ha llevado a cabo gracias a la implicación de diferentes empresas locales que han donado el material necesario para la construcción de las estructuras, como Olvelectro o Cerraolvera, así como a los tractoristas, que han cedido los recipientes para contener la solución líquida. Asimismo, varias entidades se han ofrecido a financiar la electricidad que implica su funcionamiento, como el IES Zaframagón o el Salón de Celebraciones Madrid.